jueves, 6 de septiembre de 2012

Más que un policial





En Mientras huya el cuerpo de Ricardo Sumalavia pesa una renovación en el manejo de los referentes desde la tradición de la novela policial para hacerse de un mayor sentido de lo real, a fin de atender lo verosímil desde un punto de vista muy original. En esta novela no interesa particularmente la sucesión de hechos ni la resolución del conflicto del supuesto protagonista (Apolo), que ha sido dejado a su suerte ante la “presencia” de retratos familiares y estampitas católicas.
La preocupación creativa de Sumalavia se dirige hacia otros intereses relacionados con la expresividad, en los que la narración cede espacio a la reflexión, gracias a una arquitectura de la transparencia, como el uso de paredes, techos y pisos de cristal. Así, cada acción subrepticia no solo es expuesta sino que se convierte en motivo de cavilación, para terminar enlucida en las columnas de la historia. Este paso de la luz de un lado a otro le confiere al personaje Apolo —pero no a su original Apolinario— una relevancia transversal que refulge en varias meditaciones a lo largo del libro.
Por otra parte, el autor desmonta el aparato de la novela policial para examinar como detective literario las huellas en los argumentos y las pistas en la configuración de los personajes, y como investigador de sombras ficcionales los rastros en las acciones tanto involuntarias como deliberadas. Sumalavia no se detiene ante el afán de mostrar, de dejar ver más allá de lo permitido, pero sin desatender el principio estético de la sugerencia, de lo que esconde el iceberg bajo el agua, de la dosificación de datos para mantener la intriga, de guardarse un as bajo la manga para mostrar la carta decisoria en la jugada final, siguiendo hasta cierto punto la plantilla de estereotipos y lugares comunes de las novelas policiales.
Sumalavia con una prosa elegante, ponderada y aguda avanza y retrocede, pero es paradójicamente en este afán por volver atrás, de adelantar en reversa, donde consigue enfrentar “sin dudas ni murmuraciones” lo físico.

José Donayre

En Suplemento Variedades del diario El Peruano

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